Hoy tuvimos un convivio muy alegre con las Personas Privadas de su Libertad en el Centro de Reinserción Social de San Francisco Kobén; nos recibieron con esa fuerza y emoción que los caracteriza.
En 3 años hemos logrado liberar a 300 personas con un minucioso análisis de caso por caso y seguiremos para que haya justicia.
No pierdan el ánimo ni la esperanza; siempre la fe puede abrir y derribar muros, atravesar puertas y lo que ustedes nunca pensaron que podría darse.
Tengan la seguridad de que no los vamos a abandonar, ¡están siempre en mi pensamiento!